Lo que fue alguna vez el concurrido cine Victoria y; hoy, una ratonera abandonada, en la esquina asuncena de Oliva y Chile, fue primeramente, en tiempos de Francia, una tenducha regenteada por las hermanas Azuaga, que llegaron a la ancianidad siendo solteras y sin hijos.
Dicha tienda fue adquirida por aquellos tiempos por el vasco Miguel Antonio Elourdy, que lo convirtió en la pulpería conocida como “Azuaga Cué”. Elourdy llegó a Asunción en 1820.
Elourdy también fue un solterón que con el tiempo fue un rico habitante de aquella dormida Asunción.

José Domingo Uribe, un sobrino suyo, llegó a Paraguay en 1848 y se sumó a su negocio y lo mejoró sustancialmente. Seguía llamándose “Azuaga Cué”. Allí empezó de barrendero un jovencito llamado Juan Bautista Gaona, quien sería presidente de la República.
El pillaje de los soldados argentinos y brasileños que ocuparon Asunción desde enero de 1869 destrozó “Azuaga Cué” y quedó hecha una tapera.
Juan Agustín Uribe rehabilitó la tienda en 25 de Mayo esquina Yegros. En 1880 se sumó un sobrino suyo, Gregorio Urrutia, a la empresa para formarse después la compañía “Uribe y Urrutia y compañía” y; más tarde, “Urrutia Ugarte y compañía”.
En la tarde del 1 de agosto de 2020, como de la nada, provocado por incendiarios fantasmas que, capaz, están alojados en sus recovecos húmedos, oscuros y abandonados, el humo comenzó a escapar por las altas ventanas de aquel memorable tercer piso de espectadores en pareja de las pasiones indómitas.
De una tapera, “Azuaga Cué”, a otra tapera, Cine Victoria. en un centro urbano cada vez más abandonado, en donde, de pronto, el humo trepa culebreante hacia el cielo asunceno.