Por Efraín Martínez Cuevas, desde la redacción central de Cuarto Poder
Tres palabras y tres hombres, todos – palabras y hombres – parecidos entre sí. Tres palabras: Fecundo, facundia y facundo y; tres nombres: Facundo Insfrán, Facundo Recalde y Facundo Machaín, adalides de la palabra.
La palabra fecundo tiene cinco acepciones en el diccionario de la RAE, para el caso que aquí comento viene bien la quinta: que crea abundantes obras o produce buenos resultados.
Facundia es la facilidad y desenvoltura en el hablar.
Facundo es aquel desenvuelto en el hablar.
Para seguir hilando, ahora me referiré brevemente a estos tres paraguayos:
- Facundo Insfrán (Ybycuí, 1861 – Asunción, 1902). Activo político y parlamentario. Murió trágicamente tras una discusión en una plenaria del Palacio Legislativo.
- Facundo Recalde (Asunción, 1896 – Asunción, 1969) Escritor, poeta, periodista, locutor, estratega político.
- Facundo Machaín (Asunción, 1845 – Asunción, 1877). Su nombre completo fue José Facundo Machain Recalde. Fue político, escritor y gran orador.
Las tres palabras tienen qué ver con los tres hombres.
Facundia, expresión poco usada entre los paraguayos, leo en La ciudad de la niebla de Baroja: “Tenía una elocuencia y una facundia avasalladoras”; en La feria de los discretos, del mismo autor, “mucha facundia, mucha palabra” y; en Con la pluma y con el sable del mismo Pío Baroja, “tener gran facundia”.
Nunca mejor, dispersando las ideas, el nombre de aquellos prohombres de las palabras, Facundo Insfrán, Facundo Recalde y Facundo Machain, fecundos en la facundia que los volvía intimidantes, avasalladores, cautivadores.