El presidente de la Asociación de Productores de Soja (APS), Eno Michels, desmiente a quienes en “clara intención difamatoria”, acusan a los productores del grano de destruir las reservas naturales. “Todos aportamos lo nuestro para defender el ecosistema, yo también en mi propiedad”, dijo el agricultor.

En entrevista con este diario digital dijo que por su propiedad cruza el arroyo Correntada que a sus lados tiene cien metros de protección forestal primitiva que no se toca. El agua del arroyo es clara, fresca y sana, “se puede tomar tereré con esta agua”, dijo.
A los cien metros de protección, a ambos lados, empieza la chacra donde se cultivan, soja, maíz, trigo, canola, girasol, dependiendo de los planes de producción del agricultor que en este caso es el mismo Michels.
El arroyo que cruza por su propiedad desemboca en el Itambey y este al lago de Itaipú.

“No solo preservamos las costas de los arroyos con su vegetación autóctona sino también reforestamos. Quien más quien menos tiene su plantación de eucalipto reforestado dijo el líder de los sojeros mientras mostraba su nuevo parcela dcon esta especie, de dos años de crecimiento.
“Nuestra relación con la naturaleza es intensamente leal. No debemos maltratarla que si así actuáramos los que perderán somos nosotros que trabajamos la tierra, de ella obtenemos los granos. La naturaleza es nuestra herramienta de trabajo; el bosque, el agua, la tierra, la luvia, el viento, el sol son nuestros aliados constantes. A la naturaleza debemos y somos fieles”, diijo finalmente el productor cuya finca se encuentra en Nueva Esperanza, Canindeyú.