La oposición se queda en medio camino en su objetivo del juicio político a la Fiscala general Sandra Quiñonez. Tras el barullo inicial que logró con el caso Efraín Alegre, ahora no sabe sí presenta o no el pedido a la Cámara de Diputados. Ya con más reflexión percibe que no tiene los votos, ni siquiera el argumento sólido para recurrir a la extrema medida constitucional.
Empujado por la agenda de Alegre, titular del Partido Liberal Radical Auténtico, quién violó el proceso judicial sin que aún se resuelta la denuncia que pesa sobre él, hoy la oposición no tiene clara la película sobre la presentación del juicio político. Todo parece indicar que solo seguirá con la amenaza, sin que efectivice la presentación, buscando nomas ya algún espacio en la prensa. La realidad es que no tiene los votos para el objetivo.
La oposición requiere una mayoría absoluta de dos tercios; es decir, 53 de 80 votos para aprobar la acusación. En el último intento de juicio político a Quiñónez, por el caso Salum, votaron por el juicio político 18 diputados y por el rechazo 58. Hubo tres ausencias y una abstención. Tal situación numérica no cambió mucho. Eso hace que el plan esté o quede a medio camino, buscando sólo el ruido mediático a costa de la Fiscala General del Estado.
La amenaza del juicio político es alentada por un sector de la prensa y el mismo grupo que ya varias veces intento sacar a la titular del Ministerio Público: La izquierda, en primer lugar, y los efrainistas, por una cuestión electoral. Por de pronto, ni se presentó el pedido y los colorados, en mayoría, ya hablan de archivar el caso si es que se presenta en Diputados.