En los papeles dicen una cosa, pero en la realidad es totalmente otra. Pagan menos que el mínimo, no se respetan los días libres y mucho menos las vacaciones. Hacen descuentos por cualquier cosa; el que protesta es despedido de manera inmediata sin indemnización, además trabajan más horas de las establecidas por la ley. La explotación de los guardias de seguridad y de limpiadoras es una realidad que el Ministerio de Trabajo ignora de manera interesada.
En el mercado laboral hay muchos trabajos basura, dos de las principales son «las oportunidades» que ofrecen las empresas de seguridad y de limpieza. Estos hacen sus convocatorias con promesas de salario mínimo y con requisitos básicos. La necesidad de la gente es la principal aliada de estas firmas. Lo primero que hacen luego de la selección es hacer firmar al «elegido» una carta de renuncia sin fecha, a ser usada a la primera queja manifestada.
Si bien hacen figurar que pagan salario mínimo y en las liquidaciones le hacen firmar por ese monto, la realidad es que reciben mucho menos por los descuentos irregulares (o ilegales) que ejecuta la empresa de manera compulsiva. En el caso de los guardias de seguridad los descuentos van por supuestas llegadas tardías (que son mentira) uniforme, capacitación (que por lo general no se hacen), carnet, trámites administrativos, u objetos que supuestamente se pierden en el lugar de trabajo.
En el caso de las limpiadoras y limpiadores es lo mismo. Le descuentan del salario cualquier cosa. Extravío de productos de limpieza, uniforme, penalizaciones monetarias por queja del contratante, llegadas tardías, pedidos de permiso falsos. El simple reclamo de un descuento basta para ser calificado de «problemático/a» por los funcionarios administrativos de la empresa. Finalmente, del salario mínimo, a fin de mes reciben poco más de la mitad luego de todos los descuentos que se les realiza.
En cuanto al horario, los seguridad trabajan en turnos de 12 horas y por ello deberían cobrar más del salario mínimo y si el turno es nocturno, aún más, sin embargo, esto es lo que menos ocurre. Obviamente, en los papeles hacen figurar que cobran más de 3 millones al mes, pero los trabajadores perciben, con suerte, poco más de la mitad de este salario. Para que tengan un día libre, deben trabajar dos turnos seguidos, es decir, 24 horas. Varios ni siquiera tienen baños a su disposición y otros hacen guardias a la intemperie.
Esto ocurre con la total complicidad de los fiscalizadores del Ministerio del Trabajo, que son agentes recaudadores «para la corona» y por lo general los que ocupan los puestos de inspectores son recomendados políticos. Es por eso que las denuncias contra empresas de seguridad y limpieza no corren por lo general y si lo hacen, las multas son irrisorias.