Un molino portátil y a motor, carpas, machetes con buen filo y muchas ganas de trabajar se conjugaron en Kurusu de hierro, Concepción, para aprender cómo ensilar alimentos para las vacas lecheras para crecer en el marco de un programa de explotación láctea encarada en un comité de campesinos con el apoyo del ministerio de Agricultura y Ganadería.
La frontera láctea nacional cada vez se extiende a lugares más alejados como, en este caso, a aquellos confines del primer departamento donde los vecinos tienen la posibilidad de aumentar la producción de leche para lo que el gobierno, a través del ministerio mencionado, les presta la asistencia técnica oportuna y necesaria.
Un comité de agricultores, llamado “La Esperanza, es atendido por los técnicos del Viceministerio de Ganadería. Ellos son asesorados en el método más adecuado para conservar alimentos a destinarse a las vacas lecheras. Para el efecto, los técnicos y agricultores concurrieron a una parcela de maíz perteneciente a uno de los socios del comité, allí pudieron en marcha la moledora movida con motor a combustible de petróleo, extendieron una carpa, cortaron las ramas del cereal y fueron moliendo de tal modo que los tamberos aprendan cómo hacer el forraje que será ensilado.
Con esta técnica de conservación, los productores puedan contar con reservas de forraje y asegurar la buena alimentación del hato lechero, principalmente en épocas donde no se cuenta con suficientes alimentos frescos.