No obtienen agua de la piedra, sí del río Paraguay, que sería nada de otro mundo si estuviera en sus orillas, solo que ellos están a más de 200 kilómetros, en pleno Chaco Central, en el centro del desierto.
Dentro de poco las colonias menonitas tendrán agua dulce con lo que terminarán las necesidades que ya tienen casi cien años.

El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) tiene a su cargo la construcción del acueducto que, por fin, se dará en el Chaco después de tantas idas y venidas, sueños y frustraciones. La idea se prometió implementar desde hace un par de décadas pero empezó con el nombramiento de una cabeza que poco o nada entendía del asunto, Rafaela Guanes de Laino y, cuiriosamente, dejado de lado a personas que conocen como el geólogo Fernando Wiens.
Son 203 kilómetros de tubería desde Puerto Casado hasta Loma Plata. Desde aquí, las tuberías internas conectan con las casas de esta ciudad, Filadelfia y Neuland, incluyendo a las comunidades indígenas vecinas que totalizan 84 aldeas.
La obra se divide en dos partes: la primera, desde Puerto Casado hasta el kilómetro 101,4. Las obras están concluidas y estuvieron a cargo de la empresa PS; el siguiente tramo llega hasta Loma Plata. Esta parte de los trabajos está ejecutada por el consorcio ABH SA, Taivo SA y Constructa SA.
En la segunda etapa ya se terminó de instalar las tuberías faltando añadir algunos accesorios, dice el informe del MOPC. Los centros de distribución han terminado en Loma Plata, Neuland y Filadelfia.