Empezó con su marido con unos pocos plantines y la cosecha fue alentadora y la demanda mucho más por lo que este año se lanzaron con alta carga positiva y de los mismos plantíos lograron muchas mudas que extendieron a lo largo y ancho de la chacra que han preparado para el efecto. La cosecha es al rojo vivo.

Esta es la historia de una pareja de Yatytay, Itapúa. Ella, ama de casa; él, ingeniero agrónomo. Isabel Giménez y Nery Duarte confiaron en la frutilla, renglón del cual se trata, y el año pasado plantaron 140 mudas. Las frutas eran enormes, sanas, intensamente escarlatas y de amplia aceptación entre los que tuvieron la suerte de comprarlas.

De aquellos 140 plantines extrajeron 3.000 más de los cuales plantaron 2.460 unidades y el resto vendieron a los que viendo tamaño éxito adquirieron con gusto. Sin duda, Isabel y Nery empezaron con el pie derecho porque la cosecha de este año se puede apreciar en las fotos que se publica en esta crónica.
La pareja está de parabienes por la excelente cosecha y, sobre todo por la alta demanda. La frutilla, pues, comenzó con todo brio en aquella localidad del sur del país.