Mafia de medicamentos moviliza a oncólogos, pacientes y hasta la prensa para evitar reformas en el INCAN

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La mafia de los medicamentos oncológicos está movilizando a médicos oncólogos, autoridades de asociaciones de pacientes y hasta la prensa para mantener el statu quo en el Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), a cargo actualmente del Dr. Raúl Doria. Este viene impulsando algunas reformas en la atención de esta enfermedad catastrófica a nivel país y que no gustan a la rosca instalada en el sector público. Semanas atrás se viralizaron hasta audios donde se expusieron la participación de especialistas con empresas proveedoras.


Las empresas proveedoras de medicamentos oncológicos movilizan a un grupo de médicos oncólogos que reciben altos porcentajes. Por su parte, los doctores movilizan a los pacientes a través de las cabezas de las asociaciones y estos tienen la tarea de movilizar a la prensa realizando protestas mediáticas.

El objetivo principal de esta mafia de medicamentos es lograr mantener el statu quo en el INCAN, y para eso presionan por la inmediata destitución del Dr. Doria, quien tiene la absoluta confianza del Presidente Santiago Peña para mejorar las compras de los fármacos oncológicos en cantidad y precios, además de la descentralización de la atención.

La compra de medicamentos mediante órdenes judiciales, vía amparo, es algo que la mafia impuso y se llevaba el 80 % del presupuesto en medicamentos del INCAN, hasta que asumió Doria y comenzó a poner orden. Pidió a los médicos ya no recetar medicamentos que no están en el listado básico del INCAN, salvo casos excepcionales y tal situación debía ser autorizada por la Dirección General del INCAN. Esto fue declarar la guerra a los médicos, que ganaban millones en comisiones al recetar los productos de los laboratorios amigos.

La prueba del manejo turbio de algunos oncólogos se vio semanas atrás cuando se filtró un par de audios en el que el entonces director médico del INCAN hablaba sobre porcentajes y la crítica a Doria por no estar en la rosca. El director médico fue apartado del cargo y en una campaña en los medios negó que sea su voz. Hasta pagó a una empresa para hacer un peritaje de si era o no el de la grabación. La empresa salió a favor de su cliente en el dictamen técnico, cuán político que paga a una encuestadora para que los sondeos le sean favorables.

El componente económico de esta mafia no solo llega a los médicos, sino también se filtra hacia las cabezas de las asociaciones de médicos y hasta la prensa. Al final, los intereses económicos buscan mantener el sistema de salud público como está. Cualquier propuesta de cambio es atacada por esta mafia que se niega a perder los privilegio$ adquiridos hace ya décadas.

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