Movido aparentemente por el odio, rencor y la pichadura, el Dr. Marcelo Galli Romañach, exdirector médico del Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), se pasa cuestionando a la actual administración del hospital y al gobierno, así como a los sanatorios privados. Actualmente se sumó a su lista negra el nombre de diputados que votaron en contra de la interpelación del titular del citado hospital especializado.
Galli había “renunciado” (algunos dicen que “lo renunciaron”) a su cargo en el citado hospital oncológico en setiembre del año pasado y desde ese entonces, el que quedó fuera del INCAN se convirtió en un renegado del sistema de salud, buscando constantemente llamar la atención de algunos medios de prensa.
El Dr. Galli había presentado renuncia como director médico del INCAN luego de que aparentemente tenga parte de la responsabilidad en la filtración de agua en la sala de quirófano, que afectó a un paciente en plena cirugía. Se abrían, sumadas además otras faltas, según comentaron funcionarios antiguos del hospital especializado.
La mayoría de los cuestionamientos que realiza el especialista oncológico carece de argumentos, pues se basan en cuestiones más emocionales.
Galli no solo cuestiona al sistema de salud pública, sino también despotrica con la atención sanitaria privada, sobre todo luego de su desvinculación, el mes pasado, del plantel médico de una empresa que ofrece seguros sanatoriales.
